sábado, 30 de enero de 2010

FIN DE SEMANA

Me desperté pensándote muerto y enterrado en mi jardín verde en este tiempo de
primavera. Desperté y me dio miedo abrir los ojos en la penumbra de esta noche
oscura aun. Siento el temor, la angustia de no volverte a ver tan vivaz y sonriente,
sobre todo cuando no tienes nada que decir, busco a tientas tus ropas que cubren tu
mal vestir, tu presencia, me pregunto en qué momento te fuiste de mi lado, en qué
momento dejaste de ser tu y alzaste ese vuelo, viaje indefinido a la inmortalidad de
la que siempre me admiraste, inmortalidad que te cautivo. Será mejor volver a cerrar
los ojos y solo buscarte con los pensamientos, buscarte en el mar de mis recuerdos
vagos del hasta ayer de sonrisas y lagrimas a tu lado, siento los pasos en mi, las
caricias y el ronroneo de mi gato y despierto y sé que saliste en la madrugada fría,
saliste sin temor y satisfecho. Y sé que te miraste al espejo antes de irte, también se
que te mojaste la cara limpiando así mis rastros de ti y saliste con tu andar a brincos
y saltos revisando la hora, esa hora enemiga mía que siempre te espanta de mi. Y así
con tu partida también partió el fin de semana.

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