SI AUN TIENES CARA DE NIÑA

Hoy quedé “shockeado” (sé que mis detractores se quejarán por usar un léxico así) pero igual les digo: “- no me interesa-“ bueno, estoy anonadado, sorprendido, por la noticia recibida en la mañana de una de mis críticas, seguidora, fiel amiga como un can, si ella, Shirley Stefany (espero escribir su nombre como lo escribieron sus papas al nacer a los tres días en la municipalidad de Trujillo, segun ella misma me contó, su papa se embriagó tres dias por eso hay un retardo en ella, digo en la fecha de su nacimiento) bueno ella, me lo dijo esta mañana, que está pensando en casarse con el novio de toda su vida. Pero si una semana atrás lloraba por su otro enamorado millonario, que tiene una cadena de boutiques en el norte del Perú, pero así me imagino deberían ser las chicas regias, las chicas bien que usan shampús de salón.
Shirley es aún muy jóven, tiene veintidos años, es guapísima como ella sola, siempre he dicho que tiene un color de piel precioso y unos ojos que enamorarian a cualquiera, ella también lo sabe y lo ha usado como arma poderosa, su “as” mortal (una ese) , con el que extorciona a los gerentes mas honorables, desde los diesiséis.
Shirley Stefany tiene muchas enemigas, muchas “nacas” envidiosas que la tildan de zorra y arribista, pero¿qué tiene eso de malo, qué tiene de malo ser bella y usar la belleza, qué tiene de malo querer tener todo lo deseado, qué tiene de malo acostarse a cambio de un auto del año? Yo muchas veces hasta terminé peleando con mucha gente por defender su pocisión.
Siempre ella jactándose de su apellido que heredó de la abuela, si esa abuela extranjera que se acostó con todos los viejos millonarios de Piura, siempre ella jactándose de la residencia que heredó de esos abuelos, suempre ella jactándose de su juventud, su eterna por ahora juventud.
Me encanta Shirley, porque es fresca y ella me adora, lo sé porque siempre que llora me llama a mi radio-teléfono y me cuenta que está en la estación de trenes de Sao Paulo parada en el balcón desde donde se ven llegar los trenes, llorando me dice que no sabe que hacer, que no lo soporta, que quiere cambiar la fecha de su vuelo y regresar, o me llama desde Mar de Plata a decirme que no soporta que la golpee, que no soporta las escenas de celos. Puedo sentir sus lágrimas, puedo sentir las olas del mar, lo freco que debe estar por esos lares, puedo sentir su sufriento contrastando con lo hermoso del paisaje y con la hermosa gente que ahí descansa.
Ella me cuenta que siempre me lee, que le encanta lo que escribo, me rogó que nunca la mencione en el blog, no sé si lo hago porque siempre se lo he querido decir y me corto porque me quedo enbobado con su belleza, es más fácil contarle a la hoja en blanco, decirle que la adoro, que es una de mis amigas mas bellas, que me encanta como se viste, que se nota que su ropa se la compra en la avenida 25 de Marzo de Sao Paulo, o en Shapiñeiro en Bogotá, que sus maravillosos zapatos cuestan más que todo mi closet junto metiendo ahí mi laptop y todo y que se corta el cabello en “soho” y su manicure es sólo con “opi”
Cuando aveces discutimos ella siempre me dice que viene de buena familia, que sólo basta con mirarla y saber que tiene clase y que jamás tendré los veintitantos que ella tiene, y tengo rabia y tengo impotencia y sé que es cierto, te amo tanto y te odio por tener en eso la razón y jamás tendré el tono de tu piel.
Te casas y sólo me queda desearte ser feliz, y sé que de ahora en adelante negarás todos tus affaires con los “nacos” que yo te presentaba, sé que negarás las borracheras de cervezas en mares, sé que negarás que te acostabas con ese actor de televisión tan conocido que siempre venía a Piura y después de un vodka subías a su habitación, sé que negarás lo mucho que te costaron tus viajes a nueva york con ese señor casado y con hijos muy honorable cuando apenas cumpliste los dieciocho.
La vida te sonrie, siempre lo ha hecho y hemos reido juntos, muchas veces, sé que te divierte cada palabra mía y que le vamos hacer, si aún tienes cara de niña, disfrútalo, porque unos años más y no le caerás en gracia ni a los perros.